ZP, ese hombre - V parte

Verdaderamente los monos son muy humanos


Muchos son los vínculos de ZP y su entorno –los chicos de la progresía– con el nazismo. Los métodos empleados para imponerse y acabar con la oposición, el tratamiento de la información más propio de la Alemania nazi del Ministro de Propaganda Goebels –suya es la famosa cita "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad"– y temas como el acoso y los incendios de las sedes del PP, la manipulación de las masas, que se manifiestan “espontáneamente” con carteles y pancartas hechos a imprenta y otros aspectos como la manipulación genética o su respaldo a las tesis de Peter Singer, sitúan al Gobierno del presidente Rodríguez y a un gran sector del PSOE en una línea más propia del nazismo que de la democracia.

Peter Singer, desde 1993 ha venido presidiendo la plataforma animalista conocida como «Proyecto Gran Simio» (Great Ape Project), además de escribir diversos libros de dudoso valor ético, aunque para muchos sean una verdadera Biblia y en razón de tales publicaciones y actividades sea considerado por algunos de sus más acérrimos partidarios españoles (siempre ansiosos de modelos que escriban en inglés, cual catetos admiradores de lo foráneo) como la máxima autoridad en el campo de la «ética práctica» y de la «moral aplicada», aunque sus criterios sean más que discutibles y despreciables.

Peter Singer opina que aquellos individuos –independientemente de la especie zoológica a la que pertenecen– que no pueden decir de sí mismos “yo” ni son autoconscientes (como por ejemplo los embriones y fetos humanos, los anancefálicos, los niños recién nacidos, los enfermos mentales profundos, los en estado vegetativo persistente) no son personas y, por lo tanto, no tienen ni intereses que deban ser respetados ni tienen el mismo derecho a la vida que los que sí lo son. De ahí que este pensador nazi concluya que ni todos los miembros de la especie homo sapiens son personas ni todas las personas son miembros de la especie homo sapiens.

Pero este modelo ético en el que pace la izquierda va a más. Después de haber escrito la "biblia" del movimiento pro derechos de los animales, Singer escribió un libro titulado “Practical Ethics” ("Ética Práctica"). En él afirma que características como el raciocinio, la autonomía y la autoconciencia, son las que definen a un ser humano". Como según Singer se supone que los niños "defectuosos" no tienen esas características, no pueden entonces ser considerados "normales" y por lo tanto no deben tener el derecho a la vida. Añadía que "matar a un chimpancé es peor que matar a un ser humano que, debido a una discapacidad intelectual congénita, no es ni podrá ser nunca una persona".

Singer afirma que los padres de la criatura nacida con graves defectos, luego de consultar a su médico, deben decidir si darle tratamiento o dejarla morir. Así que en su opinión, "al tomar la decisión de no prolongar la vida, en lugar de permitir que el infante muera lentamente de la enfermedad o a consecuencias de que se le retire el agua y los alimentos, debería permitirse que se le diera muerte de una forma rápida y humanitaria". Singer es uno de los "expertos" en bioética que opinan que los niños ya nacidos no deben ser considerados "viables" hasta pasado un mes de su nacimiento para que los padres puedan tener la oportunidad de decidir si dejarlos vivir o no después de haberles practicado los correspondientes chequeos médicos para asegurarse de que el bebé es sano y así poderle dar la bienvenida en la comunidad de los humanos y si no los supera, pues lo matamos en bien de la raza.

Según su nueva ética, un ser humano en estado vegetativo, si ya está en un proceso irreversible, no tiene derecho a que defendamos su vida. Todas las decisiones médicas, por tanto, se deberían tomar atendiendo a la calidad de vida futura del paciente, y deben restringirse o anularse, si esa calidad de vida no va a ser buena.

Defensor de la más escalofriante eugenesia sin disimulo alguno, de la eutanasia, del aborto y del desprecio más absoluto a las personas deficientes, Peter Singer piensa que vale más la vida de un simio sano que la de tu hijo ingresado en la UCI.

Esta es la ética que apoya ahora ZP aunque de cara al gran público nos planteen el “Proyecto Gran Simio” como un hecho humanitario y de justicia hacia nuestros parientes más próximos.

Es una nueva cara que nos ocultan pero que poco a poco, a través de legislaciones tímidas al principio y dictatoriales más tarde, irán poniendo al descubierto al gran nazi que mora en ZP y su entorno, los chicos de la progresía, que desde el 11-M comparten algunos arquetipos con ETA y su entorno, los chicos de la gasolina.

Defendamos a los animales contra la utilización que de ellos hacen estos otros animales.

El PSOE solicitará al Congreso de los Diputados que se reconozcan los “derechos humanos” de los simios, pero la presidenta de Amnistía Internacional pide que antes se respeten los derechos de los hombres.

Ya conocen la noticia. El partido socialista debatirá en el Congreso el “Proyecto Gran Simio” con el que se pretende "la inclusión inmediata de estos animales en la categoría de personas" y que se les otorgue, por tanto, "la protección moral y legal de la que actualmente sólo gozan los seres humanos".

No se les reconoce la consideración de persona ni concedemos sus derechos a los niños sin nacer y sin embargo no tienen inconveniente alguno en otorgárselos a los simios. Sin duda se sienten más identificados con ellos –al igual que con los homosexuales, los musulmanes y últimamente con los etarras– que con el resto de los mortales, sobre todo si esos mortales son del PP y aunque en lugar de resto sean mayoría.

Naturalmente y sin lugar a dudas o sesgadas interpretaciones, estoy a favor del trato digno y humanitario a los animales, pero tengo que estar en desacuerdo y criticar el uso demagógico de la cuestión que hace ese partido socialista que ya ni es obrero ni español sino todo lo contrario.

Está claro que ZP no lo hace por compasión (virtud cristiana) o solidaridad (quimera socialista) porque si fuera así estaría volcado en muchas otras cuestiones que requieren urgente y prioritaria atención. Por el contrario, la Secretaría de Estado de Cooperación y la Agencia Española de Cooperación Internacional-AECI, ambas presididas por la inepta pero incondicional Leire Pajín, dedican más dinero a los viajes de turismo disfrazados de trabajo que el destinado a la ayuda al desarrollo en Kenia o Mozambique, donde fueron a disfrazarse junto con De la Vogue sin escatimar en gastos y lujos.

Unos datos para ilustrar el tema, sobre lo cual el “Gobierno” de Rodríguez –al contrario que esa Iglesia tan odiada por ellos – nunca ha destacado por su activismo:

Niños nacidos anualmente en el mundo: 130 millones
Niños que no llegarán a cumplir un mes: 4 millones
Niños que no cumplirán los cinco años: 11 millones
Niños fallecidos anualmente en el África subsahariana: 4.396.000
Niños fallecidos anualmente en el Sudeste Asiático: 3.070.000
Proporción de muertes debidas a causas evitables: 90%

Son datos recopilados vaya usted a saber donde, pero pongan las cifras que quieran, no cambia nada porque a efectos de la conducta moral da igual uno que un millón. Me resulta igual de demagógico y despreciable que ZP quiera ser también líder en este tema por afán de ponerse una medalla o demostrar que va por delante.

Su interés en que eso sea aprobado en el Parlamento es el que Pedro Pozas –secretario del proyecto– retrata cuando afirma que es de gran importancia porque “España se colocaría en el primer país de Europa que otorga a los grandes simios sus derechos fundamentales".

Esta claro que el Sr. Pozas sueña con un protagonismo que únicamente le darán los socialistas para poder presumir de haber colocado a España como el primer país de Europa en algo.

La cuestión está en que en lugar de enseñar sexualidad en las escuelas a niños de 10 años y menores y aconsejar los masajes con «amigas de confianza», además de recomendar «mirarte desnuda, acariciarte con ternura, masturbarte algunas partes concretas de tu cuerpo, por ejemplo, el glande del clítoris, entregarte a sentir tu cuerpo...» lo que deberían enseñar es el respeto a los demás, entre los que se encuentran los animales. El respeto a los mayores, a la propiedad ajena, a los derechos de los demás –entre ellos el derecho a la libertad y a la libre opinión–, a los animales, no sólo a los simios y sobre todo a los más cercanos que sufren el abandono y los malos tratos, como los perros, por ejemplo.

No se pueden olvidar a esos otros animales simplemente porque el 99% de la secuencia genética es idéntica entre el hombre y el chimpancé y eso los hace casi humanos –más apropiadamente deberíamos decir que eso nos hace más simios, si tenemos en cuenta que ellos estaban primero–. Si fuera por eso, seríamos mitad insecto y mitad persona ya que también hay más de un 50% de genes iguales en el hombre y la cucaracha, aunque eso empieza a ser evidente cuanto más nos acercamos al entorno etarra y de aquellos que nos gobiernan.

Inculcar el respeto a todo ser vivo que comparte con nosotros el planeta Tierra es formar ciudadanos. Lo demás, el gran proyecto puntual que busca el reconocimiento internacional no es más que una miserable forma de utilización de esos derechos.

Movilizarse para que se apliquen a los simios los derechos fundamentales que corresponden a los humanos está muy bien, pero cuando esos mismos predicadores del amor fraterno no se movilizan para que tales derechos sean real y efectivamente aplicados a los humanos resulta de una demagogia y falsedad aplastantes.

Ese mismo Gobierno, tan respetuoso con los cacareados Derechos Humanos, tiene por socios y amigos a algunos de los dictadores que menos respetan esos derechos y lejos de repudiarlos, se funden en abrazos y se vuelca en ayudas a Fidel Castro o a Mohamed VI. Pero su hipocresía llega a más. Son los promotores de la “Educación para la ciudadanía” mediante la cual los derechos de los niños son violados en la escuela con el lavado de cerebro para el adoctrinamiento ideológico, al más viejo estilo de las dictaduras comunistas de las que han copiado la idea.

La educación en valores no consiste en inculcar ideas progresistas tendentes a que sea aceptado con naturalidad el aborto, el amor libre o el matrimonio homosexual. La educación en valores va mucho más allá e incluye formación moral y religiosa, entre otras virtudes que hacen posible responder al debate sobre la ética de hacer extensibles los derechos humanos a los animales cuando todavía quedan tantos hombres y mujeres privados de ellos. Sin duda una cosa no excluye a la otra porque se trata de dos aspectos paralelos de una misma cuestión. El problema surge cuando el problema humano se ignora.

El presidente Rodríguez, antes de tomar esa simiesca antorcha y liderar el proyecto, debería convencernos de que actúa por razones éticas y humanitarias ocupándose y poniéndose al frente de otras muchas cuestiones como estas, que merecen tanto respeto y al menos la misma atención que los simios:




Niños de la calle.- Viven en cartones en medio de la pobreza y la violencia, de las drogas y la delincuencia: se estima que a nivel mundial hay 200 millones de niños y niñas viviendo en la calle. En Sudamérica, al menos 40 millones de niños viven en la calle; en Asia 25 millones; y en toda Europa aproximadamente otros 25 millones de niños y jóvenes viven en las calles.





Extrema pobreza.- La pobreza y el hambre son paliados por organizaciones civiles que nada tienen que ver con los gobiernos a quienes mendigan subvenciones. Entre ellas, la Iglesia católica a quien nuestros gobernantes tratan de suprimirles ayudas, llegando a enviar miles de declaraciones de la renta donde la asignación tributaria que podría darse a la Iglesia queda en blanco y se marca la casilla a favor de otras obras de interés social controladas por ellos, como la ONG de Leire Pajín o las subvenciones al cine español.





Niños-soldados.- Nunca se les oye condenar cuestiones tales como la de los niños que son arrebatados de sus familias y llevados a la fuerza por las guerrillas que los convertirán en combatientes baratos que la droga convertirá más que en niños-soldados en niños-suicidas.





Terroristas suicidas.- O la utilización que hace el islam terrorista de los niños hasta llevarlos al convencimiento de que morir matando es un acto que merece el paraiso





Prostitución infantil.- La explotación sexual de menores es habitual en muchos países donde los turistas, muchos de ellos correligionarios de Zetapé, viajan únicamente con ese fin. Algunas ONGs denuncian la prostitución infantil de más de dos millones de niños y niñas obligados a prostituirse solamente en el Sudeste Asiático.





Explotación infantil.- Desde los tres años otros niños trabajan picando piedra, haciendo ladrillos, en plantaciones o en la industria de alfombras, generalmente en condiciones de extrema explotación que destruyen su infancia y sus perspectivas de vida.





Leyes islámicas.- La ética de ZP, tan simiesca, no alcanza a cuestionar el mundo musulmán. Ni una palabra en su contra y su solidaridad con ellos en cualquier cuestión, aunque sea porque les han molestado unos dibujitos sobre Mahoma. Pero no han alzado una sola voz contra las abusivas leyes islámicas que permiten partirle un brazo a un niño de 8 años por haber robado una barra de pan, además de otros actos criminales nunca condenados.





Homosexualidad.- No basta con legislar sobre una exótica boda gay, hay que ocuparse de los verdaderos problemas de este colectivo. Un gay o una lesbiana pueden ser sentenciados a muerte en Mauritania, Sudán, Arabia Saudí e Irán y condenados a cadena perpetua en India.





Abusos.- Tampoco lideran ningún movimiento a favor de la mujer en los países musulmanes donde la ablación de clítoris entra dentro de lo permitido y las mujeres son mutiladas a la fuerza con útiles que provocan infecciones que llevan muchas veces a la muerte.




Aborto.- Mientras se implican en la defensa de la vida de los simios, dictan leyes que permiten de hecho el aborto libre y facilita excusas a quienes desean acabar con la vida de sus hijos en gestación. Sin duda, el aborto es ya la primera causa de muerte en nuestro país. Al parecer, en el año 2004 los abortos oficiales fueron 84.000, los que se hacen sin factura alcanzaron los 170.000 y podrían llegar a los 250.000 con incrementos en años posteriores.





Sequía.- La falta de recursos para encontrar agua donde beber y regar mantiene en la pobreza a millones de personas. Ello se paliaría si a niveles gubernamentales –además de las ONGs que están en ello– se facilitasen ayudas o equipos al efecto. El Gobierno socialista no quiere saber nada de bombas de agua. Ya tiene bastante con estar pagando las bombas del 11-M.





Libertad.- Oiremos en el Congreso fatuos discursos sobre los derechos de los animales a la vez que se permite que muchas personas queden despojados de los suyos. Muchos balseros han muerto intentando huir de Cuba al no permitírseles la libre circulación. Ese dictador comunista, teórico defensor de las libertades, es admirado y apoyado por estos mismos progresistas que hablan de los derechos fundamentales de los simios





Educación y respeto.- No basta con pedir derechos para los simios sino que hay que educar en el respeto a todos los animales. Mientras no se haga en las escuelas –en lugar de adoctrinar y educar a los niños para la causa progresista– existirán animales que sufren y se ven abandonados sin más horizonte que una muerte segura.





Desprecio a la vida.- No todos los animales merecen que el Gobierno de ZP y María Teresa Fdez. De la Vogue se ocupe de ellos para otra cosa que no sea hacerse un abrigo. Las ministras de cuota, es decir, las de relleno para equilibrar el número de hombres y mujeres, no tuvieron inconveniente en posar para una revista rodeadas de pieles y lujo.


Parece que hay muchos temas de los que ocuparse además de los simios, pero a la vista de la trayectoria de nuestro presidente por accidente, no cabe duda que su objetivo final es este: