Algo que el presidente Rodríguez no debería olvidar
– ¡¡Sí, juramos!! –


04 mayo 2006

ZP y Mister X

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Felipe González despide en la puerta de la prisión a
quienes habían sido ministro de Interior y secretario
de Estado bajo su presidencia, condenados por el GAL.


Ante la necesidad de acabar con ETA como sea, a los responsables del Gobierno de Felipe González no se les ocurrió otra cosa que acabar con ellos a base de su misma medicina y organizaron grupos que al margen de las Fuerzas de Seguridad fueran asesinando etarras, dando comienzo así a la guerra sucia contra ETA desde el Gobierno, con gran desprecio a cualquier legalidad que se interpusiera en sus planes –¿Les recuerda algo este talante?–

Los GAL, (Grupos Antiterroristas de Liberación), cometieron contra el entorno de ETA más de 30 atentados. Como consecuencia de las investigaciones periodísticas –hoy vamos camino de que se repita la historia– los tribunales dictaron sentencia condenatoria contra altos cargos del Ministerio de Interior de entonces, acusados de financiar y organizar estos grupos.

Entre otros, el ministro del Interior, José Barrionuevo, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, el jefe de la Unidad Central Operativo (UCO) de la Guardia Civil, el coronel Félix Hernando, Miguel Planchuelo, Julián Sancristóbal y Ricardo García Damborenea, se sentaron en el banquillo y fueron condenados por hechos relacionados con los GAL y su organización, además de los policías José Amedo y Michel Domínguez, que recibieron cientos de millones de los fondos reservados para evitar que "delatasen a otros implicados en la trama".

El máximo responsable de los GAL –designado como “Mister X” por el juez Garzón– nunca llegó a concretarse, pero parece que estaba en el ánimo de todos que se trataba de Felipe González y dado que nunca llegó a demostrarse –ni siquiera fue acusado de ello– tal posibilidad no puede tomarse más que como un bulo y especulación, dándose por acabadas las responsabilidades en el ministro del Interior y no subiendo más alto.

Al cabo de los años parece que parte de la trama de los GAL ha sobrevivido durante el periodo de gobierno del PP y mantiene además su capacidad operativa dentro de las Fuerzas de Seguridad del Estado y del Centro Nacional de Inteligencia, donde esos fieles funcionarios socialistas han permanecido durmientes hasta que un nuevo “Mister X” parece haber surgido para organizar el 11-M y echar a Aznar del poder. Esto, que puede parecer de ciencia-ficción terrorífica, ya se escribe claramente en Internet:

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=902

A nadie puede acusarse de ser el “Mister X” de antes y de ahora, pero el nombre de Felipe González irá unido a tal sospecha aunque no haya pruebas. Y una vez que la Justicia ha actuado señalando a otros culpables, nunca las habrá.

Después de este preámbulo, necesario para conocer al personaje por parte de quienes eran demasiado jóvenes como para haberlo sufrido con uso de razón, la verdadera historia que quería contar hoy comienza cuando Felipe González afirma ante El Loco de la Colina –en su programa del 26.04.06 en TVE– que mentían quienes nos dijeron que en Irak había armas de destrucción masiva y que seguían mintiendo cuando decían que Sadam tenía algo que ver con Al Qaeda.

Y el sospechoso de ser “Mr. X”, según algunos tanto del GAL como del 11-M, aprovecha para arremeter contra Aznar e insistir nuevamente en el cuento de que nuestro apoyo y participación en la guerra de Irak tuvieron la culpa de los atentados. Este multimillonario político –a decir de las malas lenguas tiene, según parece, posesiones en Venezuela que hay que recorrer en avioneta y que provienen de los tiempos en que gobernaba su buen amigo Carlos Andrés Pérez, a su vez inversor recíproco en España– no pierde la oportunidad de remachar que la culpa de los atentados la tuvo Aznar.

Pero la verdad es tozuda. El siguiente artículo del Grupo de Estudios Estratégicos nos habla de las últimas evidencias sobre el particular y dice, sobre personajes como Felipe González y otros socialistas, lo mismo que yo pensaba decir y que me ahorro de escribir: http://www.gees.org/articulo/2325/

- Lo que se va sabiendo -

«Durante tres años hemos estados escuchando decir a los críticos de la intervención en Irak y a quienes se oponían al derrocamiento de Sadam que la guerra fue producto de una sarta de mentiras: que no había armas de destrucción masiva en Irak; y que el régimen de Sadam no tenía conexión alguna con Al Qaeda. Pues bien, ahora que la administración americana se ha decidido a hacer público parte de la documentación incautada a los iraquíes, empiezan a saberse muchas más cosas. Y a tenor de lo que está saliendo a la luz pública, quienes acusaron de mentir a los gobiernos que apoyaron la intervención deberían empezar a dar ellos mismos explicaciones.

La conexión entre Sadam y Al Qaeda es bien patente. Ahora hay prueba documental de que diversos cuadros de Bin Laden estuvieron en diversas zonas de Irak, como el Kurdistán, donde ayudaron a formar a militantes de Al Ansar y donde utilizaron determinadas instalaciones para su propia formación y entrenamiento; se sabe que Al Zarqawi estuvo en reuniones con dirigentes baasistas en pleno Bagdad, como también hizo el cerebro del primer ataque contra las Torres Gemelas en 1993, Abdul Raman Yasin. A todos quienes han afirmado vehementemente que la colaboración entre un régimen secular, como el de Sadam, y los fundamentalistas islámicos era del todo imposible (incluido el anterior director del CNI, Jorge Dezcallar), deberán revisar sus postulados a tenor de los más de diez años de estrecha cooperación entre Al Qaeda y elementos del régimen iraquí de Sadam, tanto en Irak como fuera de ese país. Cooperación que se alargaba a suelo de Sudán y de Filipinas, entre otros lugares. Y eso que sólo es una mínima parte de la documentación la que hoy está accesible vía Internet.

En cuanto a las armas de destrucción masiva, los documentos que ahora se pueden ver no dejan lugar a dudas: muchos mandos militares iraquíes de verdad creían que disponían de ellas y que se encontraban plenamente operativas. No es una especulación, es su propia narrativa. Y además, por otra tanda de papeles, trascripciones de conversaciones telefónicas, queda patente la ambición de Sadam de hacerse con un arma nuclear "como sea". Todo eso no excusa los fallos de la inteligencia, pero los contextualiza. Antes de la invasión, todos, hasta los propios iraquíes, creían en la existencia de su arsenal.

Es una desgracia que los tiempos políticos no se vean acompañados del ritmo de trabajo de los historiadores. Pero quienes se lanzaron a la calle para acusar a Bush, Blair y Aznar de mentirosos, deberían comenzar a preocuparse. A medida que se analizan las toneladas de material incautado se va sabiendo, sin lugar a dudas, que los mentirosos fueron ellos, no los políticos que echaron a Sadam. La razón por la que nos quisieron engañar y confundir tendrán que acabar explicándolo tarde o temprano. Aunque nos hacemos una idea. »

Pues sí, ya tenemos una idea bastante clara.

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Nota:

REANUDADA LA PUBLICACIÓN EN FEBRERO 2010.

Los anteriores capítulos quedaron completos y cerrados.