ZP, ese hombre - V parte

la no menos inútil Carmen Calvo, ministra de Cultura.

Cuando Carmen Calvo puso a la escritora catalana Rosa Regás al frente de la Biblioteca Nacional debió esperarse lo peor pero en lugar de arrepentirse de inmediato se dejó deslumbrar por el peloteo y la coba de la sectaria republicana. Sin embargo, sus colaboradores, bastante más inteligentes que estas apesebradas de relleno, desde el primer día pudieron darse cuenta de sus modos dictatoriales y de su escaso talante democrático.

Efectivamente, en poco tiempo la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, se encontraba “sola y en la cuerda floja” en su puesto al frente de la institución. Trabajadores y funcionarios estaban muy molestos con la escritora, sobre todo por sus “modos poco democráticos y su desconocimiento” del cargo que ocupa.

La gota que colmó el vaso fue cuando Regás utilizó el Congreso de los Diputados para calificar de “delincuentes” a los funcionarios que filtraron ciertas informaciones sobre sus gastos excesivos y la poca solvencia de su gestión como directora de la Biblioteca Nacional.

En lugar de su labor profesional, por lo que ha destacado dicha inútil de cuota es por su complacencia con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, su nostalgia por la II República y su cercanía y admiración hacia personajes de la calaña de Carrillo –responsable de la matanza de Paracuellos­­– a quien puso de ejemplo "aunque no les guste a los fachas”, o de dictadores como el líder golpista venezolano Hugo Chávez, además de su constante y continua cruzada anti-PP.

De su talante baste decir que retiró diversos libros que se encontraban en las vitrinas de la tienda que la Biblioteca Nacional de España ofrece a los visitantes para poner a la venta sus propias obras, convirtiendo así a la BNE en una librería de barrio y a su propia ética en una pocilga.

Como podía esperarse, enseguida pudimos disfrutar de sus diversas declaraciones públicas rebosantes de planteamientos ideológicos excluyentes y sectarios. Apoyó sin reservas el “cordón sanitario” propuesto por un titiritero apellidado Luppi que proponía aislar al PP con el argumento de que "Nos va la vida en crear un cordón sanitario para que esta derecha cerril y casi gótica no se adueñe del pensamiento español. Se trata de evitar que España se rompa".- Lo que resulta gótico es que sean precisamente ellos quienes se presenten como los que tratan de evitar que España se rompa.

Este portento de mujer tampoco dudaba en mostrarse “partidaria de las cuotas y la paridad obligada” como medio para que la mujer ocupe cargos de responsabilidad, con lo cual reconocía que si no fuera a dedo nunca habría llegado a ninguna parte, seguramente por carecer de méritos para ello tal y como más tarde se ha demostrado.

Y claro, como cualquier socialista que se precie, el disfrute del cargo incluye el disfrute de los presupuestos a su antojo, mirando sólo por su interés personal y el de sus amigos y correligionarios. El pasado 27 de octubre de 2006, salía a la luz que la escritora de había gastado 1.390.000 euros en actividades culturales y conceptos de representación. En aquellos días, el diario ABC aseguraba que esta actitud podría ser el origen del "colapso" que sufría esta institución así como de los retrasos en diversas áreas que habían sido reconocidas por el propio Ministerio de Cultura.

Regás pagaba 1.000 euros por conferencia, sin tener muy en cuenta la calidad de los conferenciantes. Además, tras las charlas, organizaban cenas con amigos, a cargo del erario público, en restaurantes conocidos y lujosos de la capital.

No contenta con este despilfarro, el progresivo incremento de subcontratas a las que recurre el organismo supuso el desembolso de partidas importantes del presupuesto en conceptos como la catalogación, labor para la que la Biblioteca cuenta con personal propio capacitado que ha sido dejado de lado. ¿Quienes habrán sido los beneficiados?

La septuagenaria marxista ha externalizado los servicios y ha hecho adjudicaciones directas, naturalmente a los amigos, por ejemplo, el servicio de prensa de la Biblioteca Nacional ha sido subcontratado. ¿A quién se lo ha otorgado? Pues a Milagros Anaut, hermana de Alberto Anaut, editor de la revista Eñe, en cuyo consejo editorial se encuentra la mediocre escritora.

Su sectarismo queda reflejado en sólo una frase: "Es importante ser de izquierdas para dirigir la Biblioteca Nacional". Precisamente todo lo contrario ya que la Biblioteca Nacional es el punto de reunión de todas las ideologías y tendencias culturales desde la antigüedad y lo que requiere una institución que ha de velar por tan diverso patrimonio es pluralidad y no sectarismo. Baste decir que en seis meses se ha gastado casi millón y medio de euros para glorificar la II República y su particular y personal visión de la Guerra Civil.

Pero finalmente la inútil de cuota cayó en su propia trampa. Regás durante su mandato llegó a relajar las medidas de seguridad de la Biblioteca Nacional y ello ha propiciado el robo de dos incunables de valor incalculable, dos mapas del mundo fechados en 1482 y que estaban en una sala a la que sólo podían acceder investigadores mediante acreditación, es decir, de imposible robo a menos que en lugar de control hubiera cachondeo.

El robo de los valiosos mapamundis de la "Cosmographia" de Claudio Ptolomeo la ha obligado a dimitir ya que el flamante ministro de Cultura que ha sustituido a Carmen Calvo, la que llegó a creerse que era una autoridad en temas de cultura, ha aprovechado el incidente para decirle claramente que "no había hecho nada" durante su gestión de más de tres años al frente de la Biblioteca Nacional y se la ha quitado de encima. Lástima que no haya de responder por los perjuicios causados.

De su labor sólo queda un epitafio:

«Rosa Regás, tres años de despilfarro, incompetencia y sectarismo manifiestos»