ZP, ese hombre - V parte

Movilizarse para que se apliquen a los simios los derechos fundamentales que corresponden a los humanos está muy bien, pero cuando esos mismos predicadores del amor fraterno no se movilizan para que tales derechos sean real y efectivamente aplicados a los humanos resulta de una demagogia y falsedad aplastantes.

Ese mismo Gobierno, tan respetuoso con los cacareados Derechos Humanos, tiene por socios y amigos a algunos de los dictadores que menos respetan esos derechos y lejos de repudiarlos, se funden en abrazos y se vuelca en ayudas a Fidel Castro o a Mohamed VI. Pero su hipocresía llega a más. Son los promotores de la “Educación para la ciudadanía” mediante la cual los derechos de los niños son violados en la escuela con el lavado de cerebro para el adoctrinamiento ideológico, al más viejo estilo de las dictaduras comunistas de las que han copiado la idea.

La educación en valores no consiste en inculcar ideas progresistas tendentes a que sea aceptado con naturalidad el aborto, el amor libre o el matrimonio homosexual. La educación en valores va mucho más allá e incluye formación moral y religiosa, entre otras virtudes que hacen posible responder al debate sobre la ética de hacer extensibles los derechos humanos a los animales cuando todavía quedan tantos hombres y mujeres privados de ellos. Sin duda una cosa no excluye a la otra porque se trata de dos aspectos paralelos de una misma cuestión. El problema surge cuando el problema humano se ignora.

El presidente Rodríguez, antes de tomar esa simiesca antorcha y liderar el proyecto, debería convencernos de que actúa por razones éticas y humanitarias ocupándose y poniéndose al frente de otras muchas cuestiones como estas, que merecen tanto respeto y al menos la misma atención que los simios:




Niños de la calle.- Viven en cartones en medio de la pobreza y la violencia, de las drogas y la delincuencia: se estima que a nivel mundial hay 200 millones de niños y niñas viviendo en la calle. En Sudamérica, al menos 40 millones de niños viven en la calle; en Asia 25 millones; y en toda Europa aproximadamente otros 25 millones de niños y jóvenes viven en las calles.





Extrema pobreza.- La pobreza y el hambre son paliados por organizaciones civiles que nada tienen que ver con los gobiernos a quienes mendigan subvenciones. Entre ellas, la Iglesia católica a quien nuestros gobernantes tratan de suprimirles ayudas, llegando a enviar miles de declaraciones de la renta donde la asignación tributaria que podría darse a la Iglesia queda en blanco y se marca la casilla a favor de otras obras de interés social controladas por ellos, como la ONG de Leire Pajín o las subvenciones al cine español.





Niños-soldados.- Nunca se les oye condenar cuestiones tales como la de los niños que son arrebatados de sus familias y llevados a la fuerza por las guerrillas que los convertirán en combatientes baratos que la droga convertirá más que en niños-soldados en niños-suicidas.





Terroristas suicidas.- O la utilización que hace el islam terrorista de los niños hasta llevarlos al convencimiento de que morir matando es un acto que merece el paraiso





Prostitución infantil.- La explotación sexual de menores es habitual en muchos países donde los turistas, muchos de ellos correligionarios de Zetapé, viajan únicamente con ese fin. Algunas ONGs denuncian la prostitución infantil de más de dos millones de niños y niñas obligados a prostituirse solamente en el Sudeste Asiático.





Explotación infantil.- Desde los tres años otros niños trabajan picando piedra, haciendo ladrillos, en plantaciones o en la industria de alfombras, generalmente en condiciones de extrema explotación que destruyen su infancia y sus perspectivas de vida.





Leyes islámicas.- La ética de ZP, tan simiesca, no alcanza a cuestionar el mundo musulmán. Ni una palabra en su contra y su solidaridad con ellos en cualquier cuestión, aunque sea porque les han molestado unos dibujitos sobre Mahoma. Pero no han alzado una sola voz contra las abusivas leyes islámicas que permiten partirle un brazo a un niño de 8 años por haber robado una barra de pan, además de otros actos criminales nunca condenados.





Homosexualidad.- No basta con legislar sobre una exótica boda gay, hay que ocuparse de los verdaderos problemas de este colectivo. Un gay o una lesbiana pueden ser sentenciados a muerte en Mauritania, Sudán, Arabia Saudí e Irán y condenados a cadena perpetua en India.





Abusos.- Tampoco lideran ningún movimiento a favor de la mujer en los países musulmanes donde la ablación de clítoris entra dentro de lo permitido y las mujeres son mutiladas a la fuerza con útiles que provocan infecciones que llevan muchas veces a la muerte.




Aborto.- Mientras se implican en la defensa de la vida de los simios, dictan leyes que permiten de hecho el aborto libre y facilita excusas a quienes desean acabar con la vida de sus hijos en gestación. Sin duda, el aborto es ya la primera causa de muerte en nuestro país. Al parecer, en el año 2004 los abortos oficiales fueron 84.000, los que se hacen sin factura alcanzaron los 170.000 y podrían llegar a los 250.000 con incrementos en años posteriores.





Sequía.- La falta de recursos para encontrar agua donde beber y regar mantiene en la pobreza a millones de personas. Ello se paliaría si a niveles gubernamentales –además de las ONGs que están en ello– se facilitasen ayudas o equipos al efecto. El Gobierno socialista no quiere saber nada de bombas de agua. Ya tiene bastante con estar pagando las bombas del 11-M.





Libertad.- Oiremos en el Congreso fatuos discursos sobre los derechos de los animales a la vez que se permite que muchas personas queden despojados de los suyos. Muchos balseros han muerto intentando huir de Cuba al no permitírseles la libre circulación. Ese dictador comunista, teórico defensor de las libertades, es admirado y apoyado por estos mismos progresistas que hablan de los derechos fundamentales de los simios





Educación y respeto.- No basta con pedir derechos para los simios sino que hay que educar en el respeto a todos los animales. Mientras no se haga en las escuelas –en lugar de adoctrinar y educar a los niños para la causa progresista– existirán animales que sufren y se ven abandonados sin más horizonte que una muerte segura.





Desprecio a la vida.- No todos los animales merecen que el Gobierno de ZP y María Teresa Fdez. De la Vogue se ocupe de ellos para otra cosa que no sea hacerse un abrigo. Las ministras de cuota, es decir, las de relleno para equilibrar el número de hombres y mujeres, no tuvieron inconveniente en posar para una revista rodeadas de pieles y lujo.


Parece que hay muchos temas de los que ocuparse además de los simios, pero a la vista de la trayectoria de nuestro presidente por accidente, no cabe duda que su objetivo final es este: