Algo que el presidente Rodríguez no debería olvidar
– ¡¡Sí, juramos!! –


11 mayo 2006

ZP y las limosnas

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Para el presidente del Gobierno, la palabra más bella en castellano es "generosidad"; explica José Luis Rodríguez Zapatero que "es la palabra que más humanos nos hace; el ser humano es dar para recibir".


Aquel 26 de diciembre de 2004 la tierra tembló a cuatro mil metros de profundidad bajo el mar cerca de las costas de Indonesia, que quedarían arrasadas en gran parte por un maremoto que dejó 295,608 muertos y borró del mapa idílicas islas, playas y poblaciones que quedaron sumergidas en una densa capa de lodo, agua y cadáveres.

Apenas 24 horas después del paso de las olas comenzó a llegar la ayuda internacional y se sucedieron las reuniones para organizar la reconstrucción de los países afectados –principalmente Indonesia, Thailandia, la India, Bangladesh, Malasia, Sri Lanka...– y recaudar fondos para todos.

Como siempre, fueron los ciudadanos, la Iglesia y las organizaciones no gubernamentales quienes ofrecieron su ayuda de inmediato. Pero ¿y nuestro Gobierno?

El presidente Rodríguez fue también uno de los primeros (?) en ofrecer su ayuda. El 8 de enero 2005 –doce días después del siniestro– anunció el envío a Indonesia de cinco aviones militares y 650 efectivos de las Fuerzas Armadas, así como del buque hospital Galicia, para ayudar a los damnificados. El costo de la operación sería de 6,5 millones en dos meses. Tales ayudas se complementarían con una "amplia moratoria" de la deuda externa de los países afectados con el fin de que pudieran "liberar fondos" para dedicarlos a la reconstrucción, a lo que deberían sumarse los 50 millones «remitidos a la zona afectada en forma de créditos FAD» y otras ayudas directas como las proporcionadas por ayuntamientos y comunidades autónomas.

El presidente aseguró que el Gobierno "da así respuesta a un sentimiento profundo de la sociedad española, y es que las Fuerzas Armadas están donde quieren que estén los españoles". "Se trata de un esfuerzo de la Comunidad Internacional que no tiene precedentes y España debe estar a la cabeza, dentro de Europa, liderando la cooperación y el esfuerzo internacional".

Ante semejante prueba de diligencia y solidaridad ¿alguien tendría algo que objetar?

Pues sí. Este inútil sigue con la auto-propaganda y no se sonroja cuando dice que «las Fuerzas Armadas están donde quieren que estén los españoles». No creo que se refiriese a nuestra presencia en Afganistán o protegiendo a la flota norteamericana durante sus bombardeos. Rodríguez tampoco tiene sensación alguna de ridículo cuando afirma tan ufano que España debe estar a la cabeza liderando la cooperación y el esfuerzo internacional.

Pero es que además de lo ya dicho en el comentario titulado “ZP y la generosidad” hay que añadir alguna otra cosilla que entonces no sabíamos:

Ni un solo euro de los 50 millones «remitidos a la zona afectada en forma de créditos FAD» para el tsunami ha llegado a su destino.

En el citado artículo ya quedó claro que dicha ayuda consistía en créditos para comprar productos españoles, así que plantear dicha ayuda como “remitida” a la zona afectada es distorsionar y manipular la verdad. O sea, mentir. Lo de siempre. Mentir para aparentar lo que no es.

Porque la verdad es que un año después del tsunami que arrasó las costas del Sudeste Asiático, ni un solo céntimo de los 50 millones de euros en créditos FAD ofrecidos por el Gobierno español como “ayuda humanitaria” para los supervivientes de ese desastre ha llegado a su destino.

Así lo denuncia Intermón Oxfam en un nuevo informe publicado en diciembre 2005.

Estos créditos no han sido aceptados por ninguno de los gobiernos afectados ya que obligarían a estos países que acaban de sufrir un desastre a endeudarse en el momento en el que más necesitan todos sus recursos para atender a la población y hacer frente a la reconstrucción. Además, los créditos encarecen la ayuda o hacen que sea totalmente inadecuada, porque son créditos que, en su mayoría, están condicionados a la compra de productos españoles, a menudo más caros que los locales y no adaptados a las necesidades de la población afectada.
Y es que los créditos FAD son herramientas diseñadas para promover la internacionalización de las empresas españolas y no la asistencia humanitaria o el desarrollo

El informe de Intermón Oxfam analiza también la participación de la Fuerzas Armadas en esa respuesta y valora negativamente el envío del buque Galicia por el enorme coste de su participación, con 600 efectivos a bordo y 65 toneladas de ayuda humanitaria, junto con maquinaria para hacer carreteras, etc., que no compensa el tiempo que pasaron actuando en la región, apenas un mes y medio. El buque había llegado a Sumatra el 8 de febrero 2005 y se marchó el 24 de marzo 2005.

En definitiva, unas ayudas más de cara a la galería que efectivas. Y encima con la pretensión de liderar la cooperación y el esfuerzo internacional.

Y nuestro estadista de pacotilla sonríe tan satisfecho de su “liderazgo” en lugar de avergonzarse.

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Nota:

REANUDADA LA PUBLICACIÓN EN FEBRERO 2010.

Los anteriores capítulos quedaron completos y cerrados.