ZP, ese hombre - V parte

El submarino nuclear británico 'Tireless' atracó el 19 de mayo de 2000 en el puerto de Gibraltar después de haber sufrido en alta mar una avería en el sistema de refrigeración de su reactor atómico. Con la única ayuda del motor auxiliar consigue alcanzar los muelles de la colonia británica.

La presencia del “Tireless” en Gibraltar exacerbó las críticas contra Aznar y su ministro de Defensa, Federico Trillo, y fueron muchos los actos de protesta contra la estancia del submarino, que se prolongó durante doce meses.

Años más tarde, el 9 de julio 2004 –ya el poder en manos de ZP– el “Tireless” llegó nuevamente a la Bahía de Algeciras para, tras ser remolcado, quedar atracado en el muelle de la base naval de Gibraltar.

Los liberales y socialistas del Peñón afirmaron que la visita del Tireless no tenía nada que ver con España y, según palabras del líder de la oposición, Joe Bossano, "lo que tienen que hacer los españoles es cuidar de sus asuntos", como si una contaminación nuclear en la zona no fuera a afectarnos.

Bossano también contestó a las palabras del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en las que afirmó que el regreso del submarino daría lugar a un deterioro en las relaciones hispano-británicas y al proceso de negociación de Gibraltar, replicando el político gibraltareño que esperaba que la presencia del Tireless "sea motivo para que el proceso se hunda totalmente". Naturalmente no están interesados en ningún tipo de negociación que merme su actual autonomía.

Asimismo, afirmó que para los socialistas y liberales es un orgullo la presencia de la Marina Real inglesa, "ya que jugó un papel tan importante al liberar el Peñón del mandato español hace 300 años". Los ingleses plantean el tema como si España nunca le hubieran correspondido derechos ni histórica ni geográficamente sobre el peñón y finalmente ellos lo hubieran liberado.

Por parte española, la vicepresidenta primera y portavoz del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, tras reconocer que "tratamos de evitar" la escala sin éxito del buque al

que se refirió como "Tirolés", señaló que sus esfuerzos se centran ahora en conseguir que su "estancia sea lo más breve posible".

El PP andaluz no dudó en animar al presidente andaluz, a su gobierno y al PSOE a volver a convocar las manifestaciones en contra de la permanencia del “Tireless” en Gibraltar, ya que, de lo contrario, la actitud del Ejecutivo andaluz no sería más que "una escenificación más del fraude en el que han estado instalados durante ocho años".

También los ecologistas se movieron. Tras numerosas denuncias de Ecologistas en Acción por la llegada de estos submarinos nucleares a la zona, se presentó un recurso contra el Reino Unido solicitando al Tribunal de Justicia que declare culpable al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por haber incumplido las obligaciones que le incumben bajo las directivas europeas relativas a la información de la población sobre las medidas de protección sanitaria aplicables y sobre el comportamiento a seguir en el caso de emergencia radiológica, al no haber informado previamente a la población que podía verse afectada en un caso de emergencia radiológica, en relación con el plan local de emergencia existente en Gibraltar, aunque ineficaz y desfasado.

Tales directivas exigen que se le comunique la información pertinente a la citada población, sin necesidad de que esta lo solicite. A la población de Gibraltar no se le comunicó información previa alguna de que podía verse afectada en un caso de emergencia radiológica.

Fue esta misma organización ecologista la que destapó en Febrero 2005 que el submarino británico de propulsión nuclear “Sceptre” llevaba varios días en Gibraltar realizando una puesta a punto. También otros grupos ecologistas denunciaron que este submarino debía haber sido desguazado en 2002. Sin duda se estaba prolongando peligrosamente su vida útil mediante parcheos.

El submarino nuclear británico “HMS Sceptre”, fondeado en Gibraltar desde el 3 de febrero 2005, abandonó el 9 febrero 2005 el puerto de la colonia una vez reparada la avería que sufría y sin que hubiera transcendido su estancia ni los políticos socialistas cumplieran su cacareada promesa de impedir la llegada de submarinos nucleares al Peñón.

En Agosto 2007 recaló en Gibraltar el submarino norteamericano de propulsión nuclear “USS San Juan”. Los ecologistas han advertido que "ha tenido dos incidencias graves" por lo que solicitó al Ejecutivo español que impida el recalamiento de "estas bombas flotantes" y que "mantengan el mismo discurso que cuando estaban en la oposición". También recordaron que es el quinto submarino que recala en Gibraltar este año.

Verdemar Ecologistas en Acción ha reclamado que "los que gobiernan mantengan el mismo discurso que cuando estaban en la oposición", ya que "el alcalde de Los Barrios y el diputado socialista Salvador de la Encina encabezaban las manifestaciones contra la reparación del Tireless" pero ahora "no denuncian la entrada de submarinos en Gibraltar para no romper el negocio de Mercomed Gibraltar & Los Barrios", un complejo tecnológico donde tienen intereses.

Y frente al eventual riesgo nuclear, la realidad de la contaminación que vienen sufriendo los ciudadanos del Campo de Gibraltar. Los informes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas hablan de un problema medioambiental grave en la zona, sin que las autoridades responsables, dependientes del Gobierno socialista, estén acometiendo medida alguna y ante el silencio de los mismos que tanto se alborotaron con la llegada del “Tireless”.

Aunque la amenaza del ”Tireless” era sólo una mera posibilidad, la contaminación del campo de Gibraltar es un problema real, creciente y preocupante, pero contra esto la Junta de Andalucía no mueve un dedo porque no pueden poner bocina a los problemas que dependen de ellos, así que prefieren la pasividad y el discreto silencio aunque ello perjudique gravemente la salud de los ciudadanos, incluidos sus votantes.

Mejor dejarlo correr que poner de evidencia su hipocresía y sus mentiras. Mientras tanto, lo que ellos llaman el capitalismo, campando por sus respetos porque los intereses socialistas no son ajenos a los grandes negocios.