ZP, ese hombre - V parte

En una operación que se ha llevado a cabo en España y Francia han sido detenidos doce etarras y entre ellos está uno de los fundadores de la banda terrorista, Julen Madariaga, y otros “históricos” de la banda como el jefe de la red de extorsión en el país vecino, Ángel Iturbe Abasolo, "Ikula", hermano del etarra "Txomin", protagonista en las conversaciones de Argel con el Gobierno de Felipe González y Ramón Sagarzazu, otro veterano etarra huido de la "operación Sokoa", en 1987.

La operación antiterrorista contra el "aparato de extorsión" de ETA se ha llevado a cabo por las policías española y francesa y está coordinada por el juez Grande Marlaska, en cooperación con la magistrada antiterrorista francesa Laurence Le Vert.

Todos los detenidos actuaban presuntamente como intermediarios y se ocupaban de coordinar y canalizar las peticiones exigiendo el pago del "impuesto revolucionario", intermediando con los empresarios españoles y haciendo llegar a ETA lo recaudado por el chantaje, incluyendo los 60.000 euros que dos etarras trasladaron a Francia el pasado mes de mayo, procedentes de la extorsión a los empresarios.

Se está procediendo al embargo de bienes patrimoniales con un valor estimado en la actualidad superior a los 700.000 euros. Entre ellos un establecimiento de hostelería, regentado por Elosúa Urbieta.

También se han bloqueado los saldos de más de medio centenar de cuentas bancarias domiciliadas en entidades financieras españolas y francesas, cuya naturaleza está siendo investigada.

Con ello se han desarticulado las finanzas de ETA y pasará mucho tiempo antes de que puedan reconstruir el sistema recaudatorio que financia a todos esos vagos y maleantes que viven al amparo del terrorismo y han hecho de ello su medio de vida porque no tienen capacidad intelectual o profesional alguna.

La noticia ya la conocen Vds. pero era necesario dejar constancia de ella para que en el futuro puedan formarse una opinión veraz sobre la colaboración que los terroristas están recibiendo de Zapatero.

Si a esta operación hubiera precedido la detención de la cúpula etarra abortada el pasado mayo por un chivatazo desde el Gobierno seudo-español del payaso ZP –ver “ZP el canalla”– nos encontraríamos ahora con que ETA quedaba nuevamente en el camino de su extinción.

Con la cúpula de la organización detenida, sin medios de financiación y frustradas las esperanzas de libertad de sus presos, ETA volvería a quedar bajo mínimos y sin otro horizonte que la depresión colectiva con tendencia al suicidio de los débiles mentales que componen la banda, porque en tales condiciones no procedería negociación alguna.

Cualquier Gobierno de políticos honrados habría renunciado a hacer concesión alguna a una banda de asesinos prácticamente derrotada, sin dirección y sin dinero, pero el miserable ZP no ha querido que el fin de ETA sea por este camino sino por el sistema de su preferencia: el de la bajada de pantalones y en público.

Por mi parte, no tengo inconveniente alguno en que ZP se baje los pantalones y se agache ante los musulmanes, ante los homosexuales, ante los separatistas o ante los terroristas vascos, pero lo que me molesta es que lo haga en mi nombre y sin preguntarme.

Esa es la verdadera canallada de ese despreciable mentiroso que nos habla de democracia.