Algo que el presidente Rodríguez no debería olvidar
– ¡¡Sí, juramos!! –


24 junio 2006

ZP y los cerdos

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Iba a titular este comentario como “ZP y los perros” en alusión a los perros falderos que hacen obedientemente lo que se les mande a cambio de alguna golosina y por amor y sumisión a sus amos. Pero los perros no se merecen que los compare con el comisario general de información de la Policía Nacional, Telesforo Rubio. Mejor los cerdos que, aunque igualmente inocentes, son lo más sucio del corral.

Porque lo menos que puede decirse de este supuesto defensor de la ley y la justicia es que se trata de alguien que ensucia el entorno policial y que ha degenerado su cargo dedicándose a entorpecer la justicia.

Hasta tal punto es así que el juez Grande Marlaska, encargado de investigar a ETA, lo ha apartado del procedimiento sobre la red de extorsión etarra después de que haya intentado ralentizar y obstaculizar las acciones del juez contra la banda terrorista.

La paciencia del juez se colmó cuando le solicitó un informe y Telesforo Rubio respondió que carecía de datos para su elaboración. Sin embargo, el juez acabó enterándose por otros agentes de la Comisaría General de Información de la existencia de dichos datos.

Posteriormente, la apertura de una investigación por una presunta filtración, el pasado 4 de mayo, al etarra Joseba Elosúa sobre el operativo que se preparaba contra la red de extorsión –y que obligó a retrasarlo más de un mes– ha terminado de empañar las relaciones. Y es que el responsable del "chivatazo" podría ser un agente policial al servicio del Régimen y siguiendo instrucciones superiores, que es lo que actualmente intenta dilucidar Grande-Marlaska.

Recordemos que este policía traidor a la justicia y a la nación que esperaba su colaboración –en lugar de su obstrucción– en la investigación de los peores atentados terroristas sufridos por ella, es el mismo que se reunió en la sede del PSOE con los socialistas para preparar y coordinar con ellos su intervención ante la Comisión de Investigación, además de ser el autor de dos informes policiales al parecer hechos a medida para que Zapatero pudiera replicar a cuanto Aznar había expuesto en su comparecencia.

Y lógicamente, tanto servilismo y sumisión tuvo su premio con la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, que lleva aparejado un aumento de sueldo más trienios del 10% de por vida. Lo malo es que la condecoración se otorga para premiar el valor y es imprescindible que se cumpla una de las siguientes condiciones, según la Ley 5/1964 - art. 6, y sin embargo los mayores riesgos que Telesforo ha corrido en su vida han sido los del tabaco:

– Resultar herido en acto de servicio o con ocasión de él, sin menoscabo del honor, ni por imprudencia, impericia o accidente.

– Participar en tres o más servicios, en los que mediando agresión de armas, concurran las circunstancias del apartado anterior, aunque no resultara herido el funcionario.

– Realizar en circunstancias de peligro para su persona, un hecho abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor en el funcionario, con prestigio para la Corporación o utilidad para el servicio.

– Observar una conducta que, sin llenar plenamente las condiciones exigidas para la concesión de la Medalla al Mérito Policial, merezca especial recompensa, en consideración a hechos distinguidos y extraordinarios en los que haya quedado patente un riesgo o peligro personal.

Telesforo no reúne ninguno de los requisitos para dicha condecoración ya que nunca pisó la calle ni se enfrentó a delincuente alguno y su gran mérito fue tener buenos contactos en el PSOE y estar bien colocado cuando llegó el 14-M y Zapatero de improviso se encontró en el Gobierno.

Telesforo Rubio, por mucho que vea resentido su honor y se vea ultrajado por la realidad demostrable, es un trepa más a quienes pagan el sueldo y las condecoraciones esos mismos ciudadanos que le están exigiendo honestidad y diligencia junto con una leal cooperación para llegar a la verdad del 11-M y además acabar con ETA.

Detrás de estos atentados terroristas hay sospechas de que existen funcionarios policiales que pudieron colaborar en ello –por acción u omisión– o al menos que tratan de evitar que se aclare la realidad de los hechos y su autoría. Con su actitud, Telesforo Rubio se está incluyendo él solito en la lista de los que habría que investigar para averiguar sus motivaciones.

Zapatero y ETA se lo agradecerán, pero él se debe a la nación, es decir, a nosotros. Lo demás es traición, prevaricación, obstrucción a la Justicia y alguna cosilla más jurídicamente perseguible.

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Nota:

REANUDADA LA PUBLICACIÓN EN FEBRERO 2010.

Los anteriores capítulos quedaron completos y cerrados.